El relato del concierto
en La Batuta, Santiago de Chile, el 03 de Junio
fue escrito por:
Pink Toshiya
Pink es una chica de Santiago que escribe sobre los conciertos a los que va, y a
la que agradecemos profundamente que comparta su material para que los fans de
Pedro Frugone podamos estar al tanto de lo que hace.
Relato:
Los fanáticos le gritan “Padre” y es que, quizás, sin caer en grandes
exageraciones y olvidándose de su bajo perfil mediático, Carlos Cabezas es algo
así como el padre del rock nacional. Al menos, de la ya no tan nueva camada que
empezó a asomar la cabeza con el rock latino de los ’80, y se ha reinventado
varias veces.
Esa cosa ecléctica estuvo presente también, abarrotando La Batuta la pasada
noche del sábado para ver nuevamente al Padre Cabezas que, tras un tiempo
alejado de los escenarios locales, volvió a salir en escena para presentar los
temas de ahora, de antes y de siempre: desde Electrodomésticos hasta su carrera
solista más reciente.
Pasada la una de la mañana –y tras un excelente teloneo a cargo de Montgomery-
Cabezas salió a escena con una banda que representa un poco de todos sus
proyectos musicales: Cuti Aste (teclados), Pedro Frugone (guitarra), Edita Rojas
batería) y Fernando Julio (bajo). El público está expectante y Cabezas abre el
show con “Pez”, canción que realizó para la banda sonora de El Chacotero
Sentimental.
Paseándose por su trabajo solista, intercalando el ritmo de bolero de “Has
sabido sufrir” hasta la potencia de “Bailando en silencio”, Cabezas pone su
distintiva voz a toda la interpretación reinventando el sonido electrónico de
los discos por una opción mucho más rockera. Porque la inclusión de Frugone y
Julio le dan sin duda una potencia en guitarra que saca a sus canciones, que
podían ser encasilladas casi como experimentales –especialmente los antiguos
hits de Electródomésticos Yo la Quería y El Frío Misterio- para volverlas
totalmente aptas para un concierto de rock de proporciones.
Eso fue sin duda lo más destacable de esta presentación. Una baterista potente,
sólida en su instrumento y con una formación más ligada al rock puro que a la
experimentación electrónica; un Cuti Aste preciso en el teclado, añadiendo el
toque de otros instrumentos en vivo y no con samples; y la interpretación a dos
guitarras y bajo de Cabezas-Frugone y Julio dieron una nueva sonoridad a esta
propuesta.
Sin alejarse de su esencia, Cabezas probó otra vez que está a la vanguardia y en
que en esto del rock and roll podría dar clases. Pero de alguna manera prefiere
el contacto directo y el feeling con el público a flor de piel, sin discursos
ganadores ni politizados, incluso a veces con una sonrisa casi pudorosa ante
tanto halago.
Después de todo, su principal vínculo con el público ha sido siempre la música,
y en eso ha demostrado una y otra vez que es capaz de tener algo siempre fresco,
hasta incluso con las mismas canciones de ayer.
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