Sábado 04 de octubre

    Este fue un día de descanso para Pedro, que se lo tomo muy en serio y salio de la ciudad para darse una vuelta por el lugar donde antes vivía. Y como nosotros tampoco teníamos guardia en la exposición (que ese día estuvo abierta a todo el público que pudo entrar gratis y tomar fotos. Los otros días se entraba con el boleto del concierto y no se permitían cámaras) también nos lo tomamos de descanso (llevábamos 1 mes durmiendo 2 o 3 horas por día).

Domingo 05 de octubre.

    Este día fue medio raro, porque papá tuvo que hacer tour para reunirnos a todos e ir al concierto. A la primera que recogió fue a nuestra encargada de relaciones publicas que como fue el cumpleaños de una de sus amigas, se fue a desayunar a un restauran muy chic, a tomar el cafecito, a comprar revistas y chocolates, y para colmo las tipas se van a una exposición de fotos… que decadencia tan burguesa. Luego pasaron por nuestro editor al que comisionamos para que le fuera a presentar a Pedro la nueva versión de la pagina (de tontos íbamos todos, que tal si no le gustaba y no sobrevivía nadie, quien le hubiera contado la historia a la policía), negociaron algunos puntos y salieron muy a gusto, hasta mejoro el animo de nuestro hermanillo mayor que había andado medio deprimido por cuestiones de negocios; sobre todo nuestro editor estaba feliz que por primera vez en su vida había podido sacar una buena foto (con cámara digital automática, pero el estaba contento). Después pasamos por nuestro diseñador que había ido a comprar su boleto para ir a ver a Los Prisioneros; desde que se entero que iban a estar en el Hard Rock, nos dijo vamos, pero los demás habíamos tratado de escapar de todas las formas posibles, porque ya sabíamos que iba a ir en plan de sufrimiento, es que desde que a un ente se le ocurrió mandarlo a freír espárragos y cambiarlo por otro ente "que se toma la vida de forma más light", este escucha Estrechez de Corazón y casi se suicida cortándose las venas con galletas saladas, y no, para eso mejor nos quedamos en la casa a ver telenovelas, así que solo le dimos el dinero para un boleto en el supuesto de que el boleto para los Prisioneros debería costar lo mismo que el boleto para la ley, pero no todo podía ser felicidad en ese día, el boleto para los Prisioneros costaba una cuarta parte del boleto de la ley ¡Le alcanzo para llevarnos a los cuatro, oh no, a sacar los pañuelos desechables! Ya al final nos reunimos con nuestro programador que había estado cuidando la exposición, y que estaba furioso porque se había "extraviado" su suéter de la suerte. Resulta que ese día el concierto era privado, lo organizo una cadena de tiendas departamentales de lujo llamada Liverpool, y la forma de conseguir el boleto era en la compra mínima de 500 pesos (unos 50 dólares) en los departamentos de juniors, y había muchos patrocinadores que pusieron estands donde regalaban sus productos, y había cosas muy buenas, camisetas de marca, unas gorras guau, porta-cd, vasos, libretas; y pues nuestro programador junto una de cada cosa, y las puso en una bolsa junto con un unicornio de peluche que era para Pedro y su suéter de la suerte, y en eso de que estaba atendiendo a unas personas, que se descuida un momento, y la bolsa ya no apareció por ninguna parte, y el estaba que lloraba por su suéter de la suerte, así que si alguien encontró ese día un suéter negro, mas viejo que matusalén, con hoyos y remiendos por todos lados, ese era el suéter de la suerte del programador de pies sobre arena. Dichoso suéter, nos trajo mes y medio de tienda en tienda hasta que encontró uno "que no era igual, pero se le parece".





    En la tienda habíamos conseguido boletos de luneta, pero no los usamos porque Liverpool se puso las pilas y regalo las primeras filas para los fans, y los encargados de repartirlos, muy tiernamente, nos dieron los de enfrente de Pedro a sus fans (¡GRACIAS!), así que estábamos junto a otros igual de locos que nosotros. ¡Qué diferencia!, aunque Pedro también se fue para el extremo la mitad del concierto.

    Nos hubieran visto, la bola de locos "oye no te parece que se marcan las notas diferente", "si como que esta cambiando el estilo para tocar", "si fíjate en la técnica, ya no es la misma", "pues quien sabe si será la técnica, pero como que esta tocando mas inspirado" (esta frase es marca registrada de Normiux, una compañera fan), "te acuerdas cuando toco en … y entonces no hacia eso", "si y te acuerdas cuando fuimos a … que ya hizo eso". El sonido mejoro mucho (bueno lo que era posible, porque todavía tuvieron que hacer varios ajustes durante el concierto).

    Nosotros estábamos extasiados porque nos toco justo enfrente del equipo, podíamos ver el pedal, las cables y las conexiones (nos fascinan, que podemos hacer, somos ingenieros). De hecho, según nosotros descubrimos porque ese equipo no estaba funcionando correctamente y había que hacer tantos ajustes sobre la marcha. Tratamos de explicarle a los demás, pero como no somos músicos y luego no sabemos el nombre de los aparatos y los efectos, pues nos tiran medio a locos.

    Lo bueno es que desde el inicio sabíamos que nos tocaba ser el san Juan Bautista de la historia. De todas formas les exponemos nuestra teoría, si alguien nos puede decir en que estamos mal, nos envía un mail con la interpretación correcta y nosotros le regresamos un disco autografiado (no por nosotros, ya saben por quién). Sale.

    Resulta que Pedro estaba utilizando una guitarra nueva (una plateada con dos picos, muy mona) que se notaba que era bastante moderna (tenía una pantalla digital) y que le gustaba bastante porque se acomodaba muy bien a tocar con ella. Las guitarras eléctricas básicamente son sensores de presión (que pueden detectar a través de resortes, membranas o depósitos de cristal líquido) acoplados a un traductor que convierte la señal en pulsos eléctricos. Para que nosotros podamos escuchar el sonido, los pulsos eléctricos deben viajar hasta una consola que convierte las ondas eléctricas en ondas sonoras; para que este viaje pueda realizarse se necesitan cables, así el circuito de información es dedo-sensor-traductor-cable-consola-bocina-oído. Y según nosotros el problema no era ni el equipo, ni la programación, eran los cables. Verán la mayoría de los músicos (quien sabe porque) marcan la separación entre los compases que tocan, entonces si uno se fija un poco se nota una separación entre 3 octavas o 4 octavas, pero Pedro cuando esta tocando con punch no hace eso, se avienta una nota tras otra, así rápido, sin separación, le llegamos a contar secuencias de 23 notas seguidas, obviamente eso se traduce en señales muy rápidas, o con mayor propiedad ondas de alta frecuencia (no sabemos exactamente cuantas porque eso depende de la sensibilidad del sensor, la constante de proporcionalidad del traductor y de la constante de Maxwell, pero si estamos hablando de 23 pulsaciones en 52 segundos, una estimación conservadora seria de 150 a 200 ciclos de ondas por minuto) entonces esas ondas pasaban al cable de la guitarra, después a un eliminador de corriente y después al cable de la consola, y ahí estaba el problema. El eliminador se utiliza para regular la intensidad de la corriente que entra al cable de la consola, y existe una proporcionalidad entre intensidad y frecuencia, si la entrada tiene una frecuencia mayor a la que puede soportar el cable de la consola, el eliminador, debe quitar el exceso, y el cable de la guitarra era para señal digital y el cable de la consola era serial, o sea nada que ver en las velocidades que podían soportar; el eliminador cada vez que sacaba una señal para el cable de la consola lanzaba una lucecita, y eran como 10 ciclos por minuto, muy lento en comparación de las señales que le estaban entrando; la ley de conservación de masa y energía dice que si las entradas no son iguales a las salidas, el resto se debe quedar en alguna parte, y en donde se quedaban, en el eliminador; así que teníamos una pequeña cajita con ondas rebotando por todas partes, que puede pasar en este caso: a) Las ondas son absorbidas por el material y rebotan en los circuitos generando estática, y nosotros escuchamos un zumbido, b) las ondas se combinan entre si y generan nuevos patrones y entonces el sonido no se escucha como se esta tocando (y por eso Pedro mandaba llamar a cada rato al ingeniero), c) Las ondas se eliminan entre si, y se obtiene un silencio. Y esas tres cosas estaban pasando este día. Fiuhh, terminamos.





    El ambiente del concierto estaba muy bien. Al final de concierto, los de seguridad que siempre están "no te muevas", "quédate en tu lugar", dejaron que de la cuarta fila para atrás se fueran para adelante, y ahí se instalaron, ya no los regresaron para atrás. Para el grupo fue bueno, porque tenían mucha gente gritándoles, pero los de adelante estábamos un poco "comprimidos". Incluso Pedro regalo la uña de la guitarra (que casi nunca lo hace) a un muchacho que estaba salte y salte.

    En esta ocasión lo especial fue que cuando presentaron a Pedro, en vez de saludar por el micrófono, se puso a tocar la batería.

    Cuando el concierto termino, como ya se había recogido la exposición (el alquiler se terminaba justo a las 5 P.M. que era la hora del concierto), pues ahora si, nos pudimos ir tranquilamente a comer tacos.

Lunes 06 de octubre.

    Este día, muy temprano Pedro salió para Los Ángeles donde tenía pendiente unos asuntos con unos papeles que por decirlo así "le fueron cambiados de dueño", o sea se los robaron.

 

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