El universo, como lo percibimos, esta compuesto por cuatro dimensiones, tres espaciales: latitud, longitud y altitud, que se desplazan a través del tiempo.

Sin embargo la mayoría de los físicos coinciden en que,  para que un universo con la tasa de expansión y de generación de materia del nuestro sea estable, deben existir más de estas cuatro dimensiones; el número necesario según el modelo matemático que se escoja, varia entre 23 y 27.

De acuerdo con el físico inglés Stephen Hawking, estas dimensiones están interconectadas entre si a través de pequeñísimos túneles llamados agujeros de gusano.

De existir, las dimensiones restantes permanecerían colapsadas para nosotros, y no se les detectaría ni con nuestros sentidos ni con nuestros instrumentos.

La imposibilidad de percatarnos de la presencia de las otras dimensiones se debe a que nuestra existencia material se define dentro de un marco de leyes de aplicación estricta.

Así la energía siempre se mueve en el mismo sentido, definido por la segunda ley de la termodinámica, y tiene una velocidad tope, la velocidad de la luz en el vacío; mientras que la materia se transforma en una secuencia y proporción definidas llamadas reacciones químicas, y la equivalencia entre materia y energía esta definida por la ecuación de Einstein E = mc2.

Siendo que los humanos funcionamos en cumplimiento de estas leyes, el acceso a las otras dimensiones del universo solo sería posible a través de la manipulación de materia y energía que no las siguiera.

El manejo de materia y energía, sin estas restricciones, en el estado actual del desarrollo tecnológico todavía no es posible.

Aunque se conoce materia que se comporta en forma diferente a la normal; en llamada antimateria, y es sintetizada en pequeñas cantidades en laboratorios de la tierra, y se encuentra en forma natural en algunas regiones del universo.

En cuanto a la energía, el físico mexicano Manuel Alcubierre, ha planteado la posibilidad teórica de la existencia de una forma de energía que tenga un comportamiento diferente de la que conocemos.

Muchos piensan que cuando los humanos puedan explorar las otras dimensiones del universo, encontraríamos en ellas las mismas partículas que existen en la parte que detectamos, cuyo acomodo es el arreglo más probable que predice la teoría del cono de probabilidades.

En las otras dimensiones las partículas se organizarían en los otros arreglos posibles.

Así se observaría realidades casi iguales a la nuestra, con diferencias cada vez más grandes a medida que las dimensiones se alejan de las nuestras.

Esto es a lo que los escritores de ciencia ficción llaman "mundos paralelos", lugares donde las mismas personas existen pero viven situaciones diferentes.

Pero mientras todo esto se concreta...

Y ya aterrizando en el motivo de esta página...

 Alguna vez nos preguntamos: Qué hubiera pasado si a Pedro le hubiera tocado vivir en un mundo paralelo, así como que más de acuerdo con su filosofía.

Un mundo donde no hubiera prisas, y donde te pudieras detener a hablar con la gente, donde el fashion no existiera ni la contaminación tampoco, un lugar con el cielo azul y pajaritos cantando en los árboles, donde no existiera el capital y los bienes estuvieran repartidos entre todos, donde la comida fuera sana y los niños se portaran bien.

En un lugar así, estas serían las fotos que le tomaríamos a Pedro. 

 













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